viernes, mayo 14, 2010

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CARTA DE DON JAVIER DE BORBÓN-PARMA A DON DEMETRIO CLIMENT

Bost, 16 de noviembre de 1938.


Mi querido Climent:


Por la presente confirmo mi cable, fecha dos del corriente, nombrándote mi Delegado Interino en la Argentina. En aquella misma fecha telegrafié al entonces Delegado Provisional, señor Ortiz de Guinea, para que éste se sirviera hacerte entrega del cargo y de cuanto a él va anexo.


Posteriormente he recibido diversas noticias de la actuación de esa Delegación y de los incidentes ocurridos, bien lamentables ciertamente. No deseo extenderme sobre ninguno de estos extremos.


Es tan dolorosa para mí, la actitud tomada por determinados elementos de esa Comunión de Buenos Aires, que aún excusando lo que en cierto modo, se puede achacar a diferencias de apreciación, queda en pie el triste espectáculo en desprestigio de nuestra colectividad a los ojos de aquellas personas extraña a nuestra Comunión, las cuales no pueden comprender la importancia capital para los Carlistas, de mantenerse alejados de las pasiones políticas.


Quiero creer que, desde esta fecha, y en razón de mis órdenes bien detalladas, por cartas que salen en el primer avión para ésa, se tratará por parte de todos, de superar cualquier molestia o diferencia, quedando patente a los ojos de propios y extraños como saben actuar los verdaderos Tradicionalistas.


Al confiarte interinamente mi Delegación en esa República Argentina, estoy seguro que sabrás rodearla del máximo prestigio a que tiene derecho y que usarás de sus prerrogativas, teniendo siempre la firmeza e inquebrantabilidad de nuestros Principios salvadores.


En estos momentos precisamente de confusión y desasosiego es cuando se necesitan mayores virtudes y sacrificios en el desempeño de tan delicado cargo. Yo bien sé que para un Carlista, y para un católico práctico, el ejercicio constante de la negación de sí mismo con lo que representa de abandono de vanas pasiones, es cosa fácil y hacedera; pero quiero insistir sin embargo, haciéndote resaltar que nuestras grandes figuras han añadido a estas sólidas virtudes, la firmeza y el valor más constante en la defensa y sustentación de nuestros Ideales. Por si fueran pocos estos ejemplos de nuestros mayores, tenemos ahora el admirable y desinteresado gesto de nuestros Requetés que constantemente y en toda ocasión inmolan por la defensa de estos Ideales, lo que estimamos más en este mundo, después de la gracia de Dios.


A Él pido muy especialmente para que, por el tiempo que yo determine, puedas llevar a tu cargo y a tu actuación aquellos prestigios que han sido, son y serán el sello distintivo de nuestra gloriosa Comunión Tradicionalista.


Es mi expreso deseo que cuanto antes se llegue a la normalidad en las relaciones de todos los verdaderos Tradicionalistas y que los españoles ahí residentes, sin distinción, vean encarnado en nuestros correligionarios el espíritu inmortal de la Patria querida con todas sus virtudes, que tan magníficamente plasmaron precisamente en América Española.


Ya me informarás con la mayor regularidad y rapidez subsiguientes, de cuánto ocurra en lo sucesivo, que, a no dudar, será lo mejor que ha de convenir a la Comunión.


Que Dios te ilumine y te guíe en todo momento, como se lo pide de corazón tu afectísimo


FRANCISCO JAVIER DE BORBÓN PARMA,

PRÍNCIPE REGENTE DE LA COMUNIÓN TRADICIONALISTA CARLISTA


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