Si me seguiste hasta acá, posiblemente querés saber qué esto del lema: Dios, Patria, Fueros, Rey.
Dice uno de los textos citados en la entrada anterior, n. 45 “el lema”:
“Los puntos fundamentales en que compendia el ideario carlista son cuatro: Dios, patria, fueros, rey,
a) El Carlismo invoca a Dios para afirmar su concepción teocéntrica del mundo y de la vida, en la más estricta fidelidad a las enseñanzas seculares de la cátedra de San Pedro, cuya misión adopta.
Dice uno de los textos citados en la entrada anterior, n. 45 “el lema”:
“Los puntos fundamentales en que compendia el ideario carlista son cuatro: Dios, patria, fueros, rey,
a) El Carlismo invoca a Dios para afirmar su concepción teocéntrica del mundo y de la vida, en la más estricta fidelidad a las enseñanzas seculares de la cátedra de San Pedro, cuya misión adopta.
b) El Carlismo invoca a la patria para significar que sustenta un federalismo histórico tradicional, fundamentado en la idea tridentina del hombre concreto y desfalleciente.
c) El Carlismo invoca los fueros para manifestar que con ellos defiende las reales libertades jurídico-políticas concretas acuñadas por la historia.
d) Y el Carlismo invoca al rey para significar que postula una monarquía servidora de aquellos principios, y por eso mismo llave de la unidad de las Españas, definidas por Carlos VII en su Testamento como una entidad política ‘una e indivisible’.”
En otras palabras, el Carlismo quiere un estado confesional (que no un estado clerical o teocrático) –que actúe según el Derecho Natural y Cristiano, una verdadera y legítima “política cristiana” como pedía Juan Pablo II en su homilía en París con motivo de la celebración de la Conversión de Clodoveo. El Carlismo, siendo tradicionalista, es consecuentemente patriótico al considerar al hombre en su contexto familiar, social, espacial y temporal –sin utopismo universalistas o centralismos totalitarios. El Carlismo respeta (y busca restaurar) las costumbres y tradiciones de carácter legal que se han ido cimentando a lo largo de los siglos y las generaciones, especialmente en cuanto tienen de respeto de las libertades concretas de las personas, las comunidades y las actividades socioeconómicas. Finalmente, el Carlismo es monárquico, según su sentido tradicional –una corona que respetando las diferencias culturales, históricas, políticas y sociales, que obediente de la ley de Dios, de la Patria y de las libertades históricas (fueros), unifique a los pueblos hispanos en sus comunes afanes y aspiraciones.
Sé que para un argentino (quizás como para cualquier otro hispanoamericano) este último punto del ideario carlista puede resultar excéntrico, como mínimo; pero ya iremos analizando el porqué de esta propuesta.
En otras palabras, el Carlismo quiere un estado confesional (que no un estado clerical o teocrático) –que actúe según el Derecho Natural y Cristiano, una verdadera y legítima “política cristiana” como pedía Juan Pablo II en su homilía en París con motivo de la celebración de la Conversión de Clodoveo. El Carlismo, siendo tradicionalista, es consecuentemente patriótico al considerar al hombre en su contexto familiar, social, espacial y temporal –sin utopismo universalistas o centralismos totalitarios. El Carlismo respeta (y busca restaurar) las costumbres y tradiciones de carácter legal que se han ido cimentando a lo largo de los siglos y las generaciones, especialmente en cuanto tienen de respeto de las libertades concretas de las personas, las comunidades y las actividades socioeconómicas. Finalmente, el Carlismo es monárquico, según su sentido tradicional –una corona que respetando las diferencias culturales, históricas, políticas y sociales, que obediente de la ley de Dios, de la Patria y de las libertades históricas (fueros), unifique a los pueblos hispanos en sus comunes afanes y aspiraciones.
Sé que para un argentino (quizás como para cualquier otro hispanoamericano) este último punto del ideario carlista puede resultar excéntrico, como mínimo; pero ya iremos analizando el porqué de esta propuesta.
Mi nombre es María Rosaura. Soy estudiante de la uUniversidad de Morón en la carrera profesorado en Historia y realmente la propuesta de la facultad de Derecho, que auna filosofìa de la Historia, me interesa muchisimo. Asistirè con mucho orgullo a la jornada
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