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Desde "Carlismo Argentino" los alentamos a participar en esta campaña de AICA

jueves, octubre 22, 2009

Alberto Ezcurra Medrano: Soy, más que nada, un “carlista”


NACIONALISMO Y TRADICIONALISMO EN ALBERTO EZCURRA MEDRANO

Se cumplen en 2009 cien años del nacimiento de Don Alberto Ezcurra Medrano, uno de los fundadores del nacionalismo católico y del revisionismo histórico efectuado desde una hermenéutica católica y tradicional. Padre de siete hijos, tres de ellos sacerdotes (entre los cuales el siempre recordado Padre Alberto Ezcurra), la mayor parte de su obra histórica – inventariada y dada a conocer gracias a varias notas de Ignacio Martín Clopett – permanece aún inédita. Entre otros escritos sin publicar se encuentran sus “Memorias”, de la cual ofrecemos al lector unos fragmentos valiosísimos que permiten advertir la ortodoxia fundacional del nacionalismo católico representado por Ezcurra Medrano, libre de influencias liberales, marxistas y populistas. Las palabras y frases subrayadas pertenecen al autor

Fragmentos de sus “Memorias” inéditas

“1928 fue un año de cambios fundamentales en mi vida (…) La reacción antiliberal y antidemocrática que por ese tiempo comenzó a perfilarse en el mundo debió estar en el ambiente, pues sin vinculaciones políticas, sin contactos con otros grupos, la sentimos tres muchachos porteños y la concentramos en una minúscula agrupación que se llamó “Comité Monárquico Argentino”. Nació a fines de 1927 y adquirió forma orgánica el 14 de febrero de 1928 en unos estatutos que llevan la firma de sus tres fundadores y únicos miembros: Francisco Bellouard Ezcurra (+), Eugenio Frías Bunge y Alberto Ezcurra Medrano (…).

Fue una tarde de mediados de abril (…) cuando encontré a Pompón en la vereda. Daba señales de gran excitación y agitaba un papel en la mano. Había descubierto “La Nueva República”, periódico nacionalista y antidemócrata nacido a fines del año anterior (…) De hecho el Comité Monárquico quedó disuelto y sus tres miembros, en unión de Roberto Parker, nos incorporamos al grupo de “La Nueva República” (…). Yo me encargué de redactar la sección “Universitarias” en el periódico y el 15 de diciembre publiqué un editorial que se titulaba: “La reacción y sus dificultades” (…).

“La Nueva República” dejó de aparecer, por entonces, el 29 de diciembre de 1928. Su obra fue grande. En su viejo local de la calle Alsina 884 germinaron el Nacionalismo y la Revolución de 1930 (…). Los que en ella hicimos nuestras primeras armas, jamás la olvidaremos, porque allí aprendimos a interesarnos por los problemas nacionales, y a amar eficazmente a la patria (…).

Una mañana de abril de 1929 me habló por teléfono Juan Carlos Villagra. “La Nueva República” no había efectuado su anunciada reaparición y él, con su hermano Guillermo, Mario Amadeo y otros amigos, habían concebido el proyecto de iniciar un movimiento que continuara la campaña antidemocrática de “La Nueva República”. Con este objeto nos reunimos una tarde en la Academia Literaria del Plata, del Colegio del Salvador, y resolvimos fundar una agrupación católica, dentro de la cual difundiríamos nuestras ideas contrarias a la democracia liberal – condenada por León XIII en la encíclica “Inmortale Dei” – mediante una serie de conferencias que se darían tomando como programa el “Syllabus” de Pío IX. Teníamos también el proyecto de fundar un periódico y de intensificar la propaganda en la Universidad.

Esta agrupación se denominó “Liga Universitaria de Afirmación Católica” (…).

Por ese tiempo nació mi vocación por la Historia. Siempre me había gustado, pero el descubrimiento, en un arca vieja que había sido de mi abuelo materno, de una cantidad de papeles de familia pertenecientes a la época rosista, me hizo interesar especialmente en ese período tan discutido de nuestra historia (…) Por tradición de familia siempre había tenido cierta inclinación sentimental hacia Juan Manuel, pero un mejor conocimiento de su época y la comprobación de la tremenda injusticia histórica que con él se había cometido, me hicieron furibundamente rosista.

Entre tanto, nuestra “Liga” no marchaba. La concurrencia a sus conferencias era escasa, y su carácter de agrupación “católica” no nos permitía difundir abiertamente nuestras ideas políticas antidemocráticas. Todo esto indujo a Juan Carlos Villagra a dejarla morir y a fundar una nueva agrupación de carácter esencialmente político y social, francamente antidemócrata, cuyo fin principal sería la publicación del periódico que tanto anhelábamos (…) Resolvimos publicar el periódico y lo denominamos “El Baluarte”, nombre que adoptamos también para nuestra agrupación (…)

“El Baluarte” apareció en julio de 1929 (…). Su local fue mi casa, Junín 1024. Su Consejo de Redacción lo formamos los dos Villagra, Mario Amadeo y yo (…)

El programa de “El Baluarte” fue (…) esencialmente político y social, inspirado en la doctrina católica. Oponíamos al liberalismo “el predominio de los sagrados derechos de la Iglesia Católica”; a la democracia, “la República tradicionalista, mixta, corporativa y descentralizada”; contra los que negaban la existencia del problema social, nosotros proclamábamos su existencia y añadíamos que en esas cuestiones “poco nos separa de las normas dadas por León XIII el 15 de mayo de 1891”. Propiciábamos también el predominio de la cultura clásica sobre la “romántica y modernista” y nos proponíamos estudiar de nuevo la historia “a la luz de una crítica ajustada al juicio católico y conservador.

“El Baluarte” apareció de Julio a Diciembre, en que se despidió hasta abril con un número extraordinario, en el que colaboraron nuestros amigos de “La Nueva República”. Durante el curso del año publiqué en el seis artículos: “El mal de nuestra época”, “La verdadera definición de la democracia”, “”El pueblo aún no esta preparado”, “Nuestra independencia y el liberalismo”, “Nuestra independencia y el clero” y “La época de Rosas”. Estos tres últimos fueron particularmente interesantes, porque significaron la iniciación en nuestro país de un revisionismo histórico efectuado a la luz de un criterio antiliberal”

El triunfo revolucionario provocó honda conmoción en “El Baluarte”. Yo creí llegado el momento de unificar el Nacionalismo, dividido, ¡ya!, en dos grupos: “El Baluarte” y “La Nueva República”. La idea tenía enemigos decididos y hubo entre los “baluartistas” una sesión borrascosa, durante la cual asumí la defensa de la unión y logré imponerla. Desapareció “El Baluarte” y sus miembros, aumentados por nuevos compañeros, pasamos a integrar la “Comisión Universitaria de La Nueva República”.

Esa iniciativa me fue criticada muchas veces. Yo nunca me arrepentí de ella. Es cierto que entre “El Baluarte” y “La Nueva República” había algunas diferencias. El primero acentuaba lo católico y lo tradicionalista. “La Nueva República” se inclinaba más a la acción política y quizás no estaba exenta de influencias maurrasianas. Pero, precisamente, se trataba de infundir en ella nuestro espíritu. Además, hay que confesar que los del “El Baluarte” vivíamos un poco en la teoría política, en el aire, algo desconectados de la realidad argentina (…) La experiencia neo- republicana nos fue útil a todos, nos hizo tomar contacto más íntimo con la realidad política argentina y nos infundió un mayor espíritu de lucha (…) Otros hechos posteriores nos demostraban también que nuestra unión con “La Nueva República” completó, pero no disminuyó, nuestra formación “baluartista” (…).

En 1937 (…) surgió “Restauración”.

“Restauración” fue, sin duda, la expresión más pura y más auténtica del nacionalismo argentino. Surgió a la luz de las llamas del incendio español, que iluminó a muchos de los fundamentos de nuestra nacionalidad. Algo contribuyó a su nacimiento mi “Catolicismo y Nacionalismo”, que entusiasmó a sus fundadores (…) “Restauración”, abandonando el nacionalismo empírico o con ribetes “Maurrasianos” o “nazis”, fue profundamente católica, hispánica y rosista. Fue, inconfundiblemente, nuestro nacionalismo, o sea la doctrina que quiso que nuestra política fuese expresión de nuestro ser nacional y tradicional, y no de doctrinas artificiales o exóticas”

“Hoy que miro “El Baluarte” con una perspectiva de más de 30 años, me doy cuenta hasta qué punto sigo siendo en 1960 el mismo “baluartista” de 1929.

Mi nacionalismo es esencialmente católico y tradicionalista. Fue una reacción de mi patriotismo contra el internacionalismo marxista y el desprecio por la patria de los liberales. Siempre fui patriota, como lo fue mi padre. No creo que el patriotismo sea un sentimiento que me sobre. Lo creo una virtud positiva. Me acompaña en esta opinión Santo Tomás de Aquino (…) Nunca pude ser conservador, como parecería destinado por mi nacimiento, porque el conservadorismo, en nuestro país, se proclama liberal y el liberalismo es una herejía, y en nuestro país, con frecuencia, una traición. No es de la esencia del conservadorismo ser liberal, ni del liberalismo ser traidor, pero, en nuestro país, se han dado esas coincidencias, que soy el primero en lamentar (…)

Tampoco pude ser conservador porque he visto siempre en el conservadorismo, y sobre todo en los conservadores, demasiado espíritu de clase, demasiada defensa de intereses, los he visto demasiado conserva duros, como les decían en España. Y yo, aunque personal y familiarmente aristócrata, como ciudadano argentino antepuse siempre los intereses del país a los míos propios. ¿Quijotismo político? No. Verdadera aristocracia, que es la que tiene el sentido de servir al bien común. La que mira primero por sí misma se transforma automáticamente en oligarquía.

Pero si pude ser nacionalista y no conservador, ello no significa que esté de acuerdo con ciertas corrientes nacionalistas donde se da a la nación o al estado un valor demasiado absoluto; donde con criterio materialista se acentúa demasiado la importancia de lo económico; donde se acepta la Revolución como hecho ineludible, al cual hay que plegarse. Para mí la Revolución es el Anticristo en marcha y galoparle al lado es engrosar su cortejo.

Mi nacionalismo es un nacionalismo “sui géneris”, de muy difícil encuadre fuera de “El Baluarte” y “Restauración”. Soy, más que nada, un “carlista” (Memorias, 1956 y Apéndice al Capítulo III, 1960)

Gentileza del Dr. Fernando Romero Moreno. Fragmentos de este texto aparecieron en la revista Cabildo.


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miércoles, septiembre 16, 2009

Crónica, fotos y ponencias del Foro Alfonso Carlos 2009

¿Qué actualidad y sentido tiene para los carlistas la organización política? La respuesta la ha dado la XI Convocatoria de los Cursos de Verano organizados por el Foro Alfonso-Carlos I, al facilitar durante tres días la ocasión de escuchar y participar, de reflexionar, de convivir y aunar lazos entre los afiliados y simpatizantes de la Comunión Tradicionalista Carlista.









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lunes, agosto 31, 2009

Curiosidad


REPORTAJE

Rockeros y sus tatarabuelos

El grupo de rock argentino Viticus investiga sus lazos familiares con Zumalacárregui - La banda tocará en Ormaiztegi el próximo sábado

(Diario El País)
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martes, agosto 18, 2009

Adherimos e invitamos


El Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II y la Hermandad Tradicionalista Carlos VII invitan a Vd. al Acto de homenaje en el centenario de su fallecimiento

Un caudillo de las Españas:

Carlos VII, Duque de Madrid


Disertarán:

Ricardo Fraga:
El legitimismo fernandista en Buenos Aires

Bernardo Lozier Almazán:
Recordando la presencia de Carlos VII en Buenos Aires

Miguel Ayuso: El carlismo durante el reinado de Carlos VII

28 de agosto de 2009 a las 19:30
Salón San Martín
Centro de Oficiales de las Fuerzas Armadas
Quintana 161 – Buenos Aires
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jueves, julio 23, 2009

Actividades en la Argentina ante la festividad de Santiago Apóstol

Santiago Apóstol Peregrina por Buenos Aires
Buenos Aires, 23 Jul. 09 (AICA)

Santiago Apóstol

Santiago Apóstol

El sábado 25 de julio, fiesta de Santiago Apóstol, se realizará una procesión con la imagen del Apóstol Santiago desde el santuario de Nuestra Señora Madre de los Emigrantes, en el barrio de La Boca, hasta la parroquia San Ignacio de Loyola.

San Ignacio, el templo más antiguo de los que quedan en pie en la ciudad, es además el primer recinto donde se veneró al Apóstol en la Buenos Aires Colonial; el lugar donde se levantó el primer altar en su honor, en el siglo XVIII, construído por la Colectividad Gallega del Virreinato del Río de la Plata; y la sede primera y original de la Cofradía del Apóstol en el Virreinato, y de los Caballeros de la Orden Compostela del Apóstol Santiago.

Esta manifestación pública de fe es organizada por los fieles, devotos y cofrades de Santiago Apóstol en Buenos Aires, en coordinación con las parroquias Nuestra Señora Madre de los Emigrantes, San Pedro González Telmo y San Ignacio de Loyola, y con la participación de la catedral metropolitana de Buenos Aires, el Convento de Santo Domingo y el Convento de San Francisco.

La convocatoria está abierta a todas las organizaciones, delegaciones, asociaciones, colectividades, hermandades y cofradías vinculadas a la devoción y veneración del Apóstol Santiago, patrono de Galicia, España e Iberomérica.

Itinerario de la peregrinación
La marcha se iniciará a las 14 en el santuario de Nuestra Señora Madre de los Emigrantes (Necochea 312, Buenos Aires) y realizará el siguiente recorrido:

Estación de inicio: La convocatoria es a las 13.30 en el santuario; los peregrinos se concentrarán frente a la imagen de Santiago Apóstol Sedente, y a las 14 se impartirá la bendición y se iniciará la caminata.

Estación 2: Frente al acceso principal del Hospital Doctor Cosme Argerich (Pi y Margall), cuya capilla es atendida por las hermanas y sacerdotes scalabrinianos del Santuario de los Emigrantes. Allí se rezará una oración por “la salud de la Patria, sus mujeres y hombres que pueblan esta bendita tierra argentina”.

Estación 3: frente al único Cruceiro público de la Ciudad, ubicado en la barranca de Punta Santa Catalina Sur del Parque Lezama, en la intersección de las avenidas Martín García, Paseo Colón y Almirante Brown.

Estación 4: en la esquina de Brasil y Defensa del Parque Lezama, frente al Monumento de Don Pedro de Mendoza, Caballero la Orden de Santiago, que recuerda el 2 de febrero de 1536 cuando se instala la primera guarnición militar española en estas costas del Río de la Plata, antecedente previo de la definitiva fundación de Buenos Aires el 11 de junio de 1580.

Estación 5: parroquia San Pedro González Telmo. En su Retablo, la imagen de San Telmo sostiene una carabela del descubrimiento de América, rodeado de banderas de la Argentina, España y Galicia.

Estación 6: Convento de Santo Domingo. En junio de 1807 el Tercio de Voluntarios Urbanos de Galicia rindió allí a los británicos anglicanos, donde esas tropas invasoras se habían introducido para utilizarlo como cuartel militar. En la iglesia se exponen las banderas capturadas a los albiones, con el retablo del Ecuestre Santiago en su basílica del Santo Rosario.

Estación 7: en el atrio del Convento de San Francisco. Según la documentación histórica publicada, en su capilla de San Roque se constituyó en octubre de 1787 la "Cofradía Congregación de Santiago el Mayor, de Hijos y Oriundos del Reyno de Galicia en Buenos Ayres". Era la primera Cofradía de Santiago en el Cono Sur de América y tercera del mundo, después de las ciudades de Madrid y México.

Estación 8: frente a la catedral metropolitana, en la vereda de la Plaza de Mayo, sobre la avenida Rivadavia, donde se rezará una oración por la Patria Argentina.

Estación 9: frente al Cabildo de Buenos Aires, donde se hará una "Plegaria rumbo al Bicentenario Patrio Argentino". Se recuerda la acción decidida de los ciudadanos gallegos Cofrades de Santiago Apóstol, quienes actuaron en los días previos de esa Semana de Mayo 1810, encabezados por el ingeniero militar Pedro Cerviño, director de la Escuela Nacional de Náutica Manuel Belgrano, junto a uniformados oficiales del Tercio de Voluntarios de Galicia, arengando a la población en "El pueblo quiere saber de qué se trata".

Estación 10: el recorrido culminará a las 16 en la parroquia San Ignacio de Loyola (Alsina y Defensa). A la llegada de la procesión se celebrará la misa en honor del “Glorioso Santiago Apóstol de Compostela”, frente al altar lateral izquierdo, constituído en 1799 como Retablo del sedente Santiago Apóstol, en la Ciudad de la Santísima Trinidad y su Puerto Santa María de los Buenos Ayres. La Eucaristía estará presidida por el párroco, presbítero Francisco Baigorria.

Para mayor información: (011) 4301-8787 y CeltaBaires@argentina.com.

Otras celebraciones a Santiago Apóstol en la Argentina
También habrá celebraciones en honor del Apóstol en distintos puntos del país:

Baradero: La Fraternidad Santiago del Baradero de la parroquia Santiago Apóstol, que se encuentra en la ciudad de Santiago del Baradero, realizará del 23 al 25 de julio el “Camino de Santiago” recorriendo 120 kilómetros en bicicleta. Informes (03329) 480106.

Valentín Alsina: la Cofradía Santiago Apóstol de Avellaneda-Lanús, que funciona en la parroquia Santiago Apóstol de Valentín Alsina, reza una novena que culminará el sábado 25 con una celebración en honor del Apóstol a las 18. Informes: (011) 4208-4478.

Luis Guillón – Monte Grande: El sábado 25 a las 16, con el impulso del Centro Cultural Rosalía de Castro de la ciudad de Luis Guillón, los vecinos santiaguistas de esa zona emprenderán una peregrinación por las iglesias de Luis Guillón, el barrio Malvinas Argentinas y la ciudad de Monte Grande, que concluirá en la parroquia Inmaculada Concepción (Monte Grande) donde a las 19 se celebrará la misa. Informes: (011) 4272-9048, 4290-0527 y centroculturalrosaliadecastro@yahoo.com.ar.

Villa Gesell: En el santuario de Santiago Apóstol de esa ciudad balnearia (Paseo 125) se celebrará la XIV Fiesta de Santiago Apóstol y el Día de Galicia 2009 el sábado 25 a las 19. Informes: www.gesell.com.ar/vgol/locales/ong/santiago
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viernes, julio 10, 2009

Más respuestas a preguntas frecuentes sobre el Carlismo

1) ¿La doctrina tradicionalista fue una evolución posterior del Carlismo que en un principio era un mero legitimismo surgido de una pelea dinástica?

Responder a este argumento bastante frecuente requiere varios enfoques, algunos de los cuales pasaremos a describir a continuación.

El tradicionalismo no es un “ismo” en el sentido con el cual hoy se entienden las palabras que terminan con ese sufijo. Es decir, no es una ideología, no es una moda de la politología o la sociología pergeñada en la reclusión de una biblioteca o en la academia, ni algo así como una nueva apertura de ajedrez reservada a unos pocos entendidos. Es “algo” orgánico que existía mucho antes de que los hombres se hallasen en la infeliz necesidad de estudiar algo llamado pomposamente Ciencia Política o Ciencia Social. El tradicionalismo fue la forma de vida política y social de Europa durante siglos, y era lo que animó a los hombres que descubrieron y poblaron el Nuevo Mundo. Lógico es, entonces, que los hombres no tuviesen que darle un nombre hasta que fue decretada su destrucción por las logias y los ideólogos.

En este sentido, podemos decir no que el tradicionalismo hispánico ha ido evolucionando, sino mejor que ha ido desarrollándose o develándose a lo largo de más de 200 años de vida, desde los primeros “enemigos de la Ilustración” hasta los académicos actuales. Pero ya en los primeros teóricos del Carlismo, como Fr. Magín Ferrer, el Dr. Vicente Pou y Fr. Mariano Roquer, tenemos bastante bien enunciados muchos de los principios defendidos por los partidarios de la tradición de las Españas frente a los ataques de la Revolución.

Pero, además, frente a quienes creen suponer la posibilidad de otros tradicionalismos no carlistas, el Carlismo tampoco es estrictamente “la concreción en forma de partido del ‘tradicionalismo español’. Antes al contrario ‘tradicionalismo’ fue el término empleado al asumir la causa ‘carlista’ hombres de formación política parlamentaria y de ideología y actitud típicamente imitada del ultramontanismo político europeo.” Dice muy lógicamente Francisco Canals Vidal. Y agrega: “fuera de los ambientes periodísticos, universitarios o profesionalmente políticos, nadie entiende seriamente por ‘tradicionalistas’ más que a ‘los requetés’. ¿Cree alguien que hubiera podido sustituirse, como fuerza eficiente en el curso de la historia española, los navarros de la Plaza del Castillo en julio de 1936, por escritores balmesianos u oradores ‘tradicionalistas’?” Finalizando rotundamente: “Suponer que el ‘tradicionalismo’, como ideología o doctrina, existió con anterioridad al ‘carlismo’, y que se concretó accidentalmente en éste al tomar carácter de partido, es a la vez una inversión de sentido y un desfase cronológico más que secular.”

Entonces, Carlismo (la causa) y Tradicionalismo (la doctrina) se identifican necesariamente.


2) ¿Los separatismos vasco y catalán son herederos del Carlismo?

Es curioso que esta afirmación se sostenga tanto desde los separatismos que necesitan validarse ante la opinión pública, pasando por los anti-carlistas – aún en la “derecha” – que quieren desprestigiar al Carlismo convirtiéndolo en enemigo de la unidad territorial española, hasta quienes han buscado desvirtuar el Carlismo desde dentro acercándolo a ideologías ajenas a su doctrina e historia.

Contra todos ellos es determinante la opinión de un historiador no carlista como Jordi Canal quien afirma: “El hecho incontrovertible de que algunos antiguos carlistas se convirtieran, con el tiempo, en catalanistas o nacionalistas catalanes (o vascos) no significa, sin embargo, que ésta fuese la única opción posible, ni que éste fuese un paso natural como consecuencia de supuestas esencias pre-nacionales, ni tampoco que la evolución fuese recta o inexorable, exenta de dudas o de posibles retornos. Resultan además imposibles de comprender estas situaciones sin tener en cuenta las conflictivas relaciones entre carlismo y nacionalismos en la etapa de entresiglos, alimentadas por la competencia, la existencia de espacios de intersección política y la necesidad de buscar o conservar un espacio propio”.

Más allá de alguna alianza electoral de naturaleza táctica con grupos regionalistas alrededor del año 1920, el Carlismo fue siempre enemigo del separatismo. Tanto fue así que en muchas ocasiones se llegó a enfrentamientos de puños y pistolas, como lo acontecido en Azúa (Vizcaya) el 2 de mayo de 1910, cuando durante una gira de carlistas bilbaínos por el campo se enfrentaron, primero a los gritos y luego a golpes y tiros, con los nacionalistas parapetados en el Centro de dicha localidad. El hecho fue relatado al día siguiente por el periódico alfonsino ABC, que – curiosamente (o no tanto) – se solidarizó con los separatistas.

El Carlismo siempre ha denunciado los símbolos equívocos del nacionalismo vasco como la ikurriña o el neologismo Euskadi por Euscalerría o la supuesta identidad entre las Vascongadas desconociendo sus particularidades incluso lingüísticas o sus “pretensiones” sobre Navarra. Asimismo siempre se ha opuesto a los “imperialismos” catalanistas que pretenden imponerse desde Barcelona en la Cataluña Interior y en los viejos reinos de la Corona de Aragón.

Incluso en la Argentina, donde entidades como la Fundación Vasco-Argentina “Juan de Garay” pretenden ahora identificar el surgimiento del nacionalismo vasco en la Argentina con los emigrados carlistas, los estudios más serios como el de José C. Moya, Primos y Extranjeros: La Inmigración española en Buenos Aires (1850-1930), repasa las disputas y enfrentamientos entre los sectores “españolista” y “nacionalista” en el Laurak-Bat, siendo el primer grupo el de los inmigrantes carlistas originales y el segundo partido – que apoyaba “doctrinas nuevas y radicales”, al decir del presidente del Centro – el de nacidos en la Argentina con apellido vasco.


3) ¿No es el Carlismo sólo relevante para descendientes de españoles y, por lo tanto, qué importancia puede tener en un país como la Argentina con tantos descendientes de italianos, judíos, ingleses, alemanes, árabes, etc.?

El hispanismo de que hace gala el Carlismo no es una doctrina racial. También esta pregunta admite diversas respuestas en distintos planos.

En primer lugar, desde el punto de vista histórico, debe recordarse que Las Españas no se limitaron al territorio que actualmente forma parte del moderno Estado Español sino que iba desde las Filipinas al este hasta América en el oeste, pasando por los Países Bajos, Nápoles, el norte de África y toda la Península Ibérica. Aunque el castellano fue el idioma predominante y la lingua franca, y por eso hoy es equivalente a “idioma español”, en Las Españas se hablaba desde el yopará guaranítico, o desde el galaico-portugués, vasco o catalán, hasta cualquier dialecto aimara o tagalo.

Adicionalmente, aclaremos que, como decía Ignacio Braulio Anzoátegui, nuestro hispanismo “no es hispanofilia, sino hispanofiliación”. Es reconocer que, como decía el Padre Castañeda, “por Castilla somos gente”. Que la Argentina no surgió de un repollo. Cultural y espiritualmente, la Argentina (y la América Hispánica con ella) es legítima heredera de España y, por ese tronco, de toda Europa cristiana. Es decir, que la Argentina no sería la Argentina si no fuese por España y gracias a España. O, con otras palabras, la Hispanidad es esencial a la Argentinidad.

Incluso como nación independiente (si es que alguna vez lo ha sido realmente), la Argentina se forma por el concurso de las provincias originales, surgidas entorno a las ciudades primitivas fundadas por los conquistadores hispanos (El Barco y Nuevo Maestrazgo de Santiago del Estero [1550], Mendoza del Nuevo Valle de La Rioja [1561], San Juan de la Frontera [1562], San Miguel del Tucumán [1565], Santa Fe de la Vera Cruz [1573], Córdoba de la Nueva Andalucía [1573], Santísima Trinidad en el Puerto de Santa María de los Buenos Aires [1580], San Felipe de Lerma en el Valle de Salta [1582], San Juan de Vera de las Siete Corrientes [1588], Todos Santos de la Nueva Rioja [1591], San Salvador de Velazco en el Valle de Jujuy [1593], San Luis de Loyola Nueva Medina del Río Seco [1594] y San Fernando del Valle de Catamarca [1683 sobre la base de Nueva Londres, 1558]).

Se ha dado en estas tierras evangelizadas y civilizadas por España “ese fenómeno singular que yo llamaría el fenómeno del injerto – nos explica el filósofo cordobés Alberto Caturelli, nieto de italianos, rememorando su infancia en Arroyito (Provincia de Córdoba) – lo tomo de la botánica, para explicar esa sociedad de gauchos tiyanos y de criollos de sangre italiana, española o francesa. Injerto es la parte de una planta con una o más yemas que aplicada al patrón, con él se suelda: por eso, la savia del tronco, que viene de las raíces de la tierra originaria, vivifica el todo. Así, los hijos y los nietos de gringos se injertan en la savia vital de la misma tradición que es, entonces, la suya. Recuerdo, como dato simpático, que el conjunto de música criolla, estaba formado por tres guitarristas: los hermanos… Giannoni. Eran gordos, con anchos cinturones de cuero, a veces con bombachas batarazas y todo el pueblo los llamaba ‘los sapos’. La socarronería ambiente, cuando llovía, anunciaba que estaban por cantar ‘los sapos’”. Y sintetiza, “todo esto nos pasó a nosotros: nos injertamos en la tradición greco-romana, íbero católica americana. Urquía el fundador, la Virgencita de la Merced, los sucedidos históricos de las tierras tiyanas, eran y son tan nuestros como de cualquier otro. El rápido ‘Vizcacha’ que hacía volar por el campo, era tan mío como del gaucho Muñoz, su dueño y primer maestro”.

Roque R. Aragón, argentino descendiente de conquistadores, refiriéndose al Padre Castellani, descendiente de inmigrantes italianos, decía: “Era un argentino de primera generación, su madre también era argentina, su padre, no. Era italiano. Pero un italiano metido en el país. Se había comprado con su sangre la nacionalidad argentina, porque fue asesinado a causa de las discrepancias políticas en las que estaba metido. Además de eso, de ser hijo de un hombre que compra así su nacionalidad, Castellani nació en Reconquista, en Santa Fe.

“La gente sabe que en un país de grandes afluencias inmigratorias, lo que nacionaliza es sobre todo el campo. No digo que el campo sea más que la ciudad, seguramente el campo no tiene la hondura política que tiene la ciudad. Los campesinos suelen ser muy patriotas pero muy ingenuos e incapaces de defender su patriotismo. Pero es cierto que el campo penetra, da formas nacionales. Yo lo he visto en mi vida. Me acuerdo de haber ido un año a Puerto Madryn: ya habían dejado de ser galeses pero todavía no habían empezado a ser argentinos. Estaban en la mitad del camino. Ese mismo año, en otro viaje, estuve en Santiago del Estero. Y ahí, junto a un rancho sobre un patio de tierra vi bailar a un japonés una chacarera llevando un cuchillo en la cintura. El país se lo había tragado.

“Castellani venía como un criollo de tierra adentro a Buenos Aires. Pero ésa es una forma casi material, sensible. El entendía que aquí había restos de un gran imperio, que éste era un noble país, que tenía la herencia de la Cristiandad metida adentro, y que no acertaba bien a luchar por ella contra los embates siempre repetidos y cada vez más victoriosos del liberalismo.”

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jueves, junio 11, 2009

Respuestas a preguntas frecuentes sobre el Carlismo

Adaptado de un antiguo panfleto de la Comunión Tradicionalista. Se agradece a los correligionarios y simpatizantes que puedan ayudar a mejorar las respuestas.
a) ¿Cómo sé si soy carlista?
Si sos católico y amás la Argentina y su tradición hispánica, posiblemente ya lo eres sin siquiera saberlo.
b) ¿Qué es el Carlismo?
El Carlismo es la concreción histórica, la plasmación real, del tradicionalismo hispánico que emerge en 1833 tras la proclamación de Carlos V como rey de España en abierto desafío al liberalismo revolucionario que se hace con el poder. Por más de 170 años, a lo largo de tres siglos, el Carlismo ha existido en forma ininterrumpida como movimiento político hispánico.
c) ¿Qué defiende el Carlismo?
El Carlismo se basa en el trilema Dios, Patria-Fueros, Rey. Lucha por implantar el Reinado Social de Cristo a través de las instituciones naturales de la sociedad y los usos y costumbres de Las Españas, por medio de la monarquía tradicional y legítima. Ya desde el siglo XVIII, si no antes, la España histórica y auténtica se ve atacada en sucesivos embates por doctrinas extrañas y antinaturales que podemos resumir bajo el apelativo de “Liberalismo”. El Liberalismo busca revolucionar y destruir el espíritu hispánico de Covadonga, Las Navas de Tolosa y Lepanto, Don Pelayo, San Fernando y los Reyes Católicos, los santos y apóstoles, la pacificación y evangelización de América y la doctrina de Trento. En 1833 la Revolución llega al poder de la mano de la regente Cristina, y es esta España la que explota en el grito contrarrevolucionario “¡Viva Don Carlos! ¡Viva el rey legítimo! ¡Viva la tradición!” Eso es el Carlismo.
d) ¿Qué es el Estado Confesional?
La confesionalidad del estado, doctrina tradicional de la Iglesia, implica el reconocimiento público de la ley de Dios y de la Iglesia en la sociedad, en sus leyes y en su accionar. El Estado Confesional respeta la libertad de la Iglesia y coopera con ella en materia de enseñanza, ayuda en el mantenimiento del culto debido a Jesucristo y defiende el Evangelio de doctrinas que ataquen su verdad o la deformen. La neutralidad del Estado es perniciosa porque supone igualar la Verdad con la mentira, lo correcto con lo incorrecto, lo bueno con lo malo, la justicia con la injusticia. La confesionalidad del Estado no es clericalismo ni integrismo que mezclan el área de acción propia del gobernante con la propia de la Iglesia, sino el reconocimiento de los derechos y deberes de cada uno, su colaboración, independencia y respeto. De ninguna manera debe entenderse la confesionalidad del estado como la imposición de la religión católica a los que no creen; al contrario, los estados católicos siempre han protegido de alguna manera a las minorías religiosas, acordándoles derechos y deberes específicos. En la Argentina, es conocido el caso del judío Manfred Schonfeld que se negó rotundamente a la eliminación de los poquísimos artículos de carácter confesional que quedaban en nuestra constitución.
e) ¿Es el Carlismo un movimiento religioso?
No, el Carlismo es un movimiento político que da a sus miembros plena libertad a la hora de seguir su carisma o vocación particular dentro de la Iglesia.
f) ¿Qué es la patria para el Carlismo?
La palabra patria proviene del latín “patres” que hace alusión a los bienes paternos, la casa, el lugar de trabajo, los sitios donde se desarrolla nuestra vida y la de nuestra familia. La patria es extensión de la familia y el municipio, y es por lo tanto, una institución natural. Es herencia de nuestros antepasados y tesoro para nuestros descendientes. Nos hallamos sujetos a la obligación de amarla, defenderla, cuidarla y procurar su mejoramiento. Nuestra patria chica es el pago donde desarrollamos nuestra vida. Nuestra patria grande es el conjunto de Las Españas plurales, el destino histórico de la Hispanidad católica. Durante la pacificación de las Indias (el término “conquista” es posterior y poco preciso), las mismas fueron divididas en Reinos o Provincias que respetaban las realidades geográficas y políticas de cada región. En el territorio que hoy pertenece a la llamada República Argentina, existieron tres reinos, el Argentino (o del Plata) en la cuenca del Paraná, el del Tucumán en el actual Noroeste y el de Cuyo. Eventualmente, y por diversas razones históricas, los tres reinos confluirían en el Argentino o del Río de la Plata (gobernado por un virrey en representación de su rey legítimo, el de Castilla). El movimiento juntista americano de 1809 y 1810, que comenzó --al menos en algunos casos y en la mente de algunos de sus dirigentes-- como un movimiento monárquico e hispanista de reacción ante la invasión napoleónica de la Península y las traiciones de los liberales, dio inicio al resquebrajamiento de la hermandad hispanoamericana y el subdesarrollo de la América Española. Incluso el Reino del Río de la Plata perdería algunas de sus más preciadas provincias gracias a este proceso. Desde 1810 y sucesivamente la Argentina ha ido apartándose de su tradición, pretendiendo ser una creación original y espontánea. Luego no nos extrañe que amplios sectores de la población --y en especial los jóvenes-- hayan perdido todo orgullo por su país y les sea indiferente vivir en los Estados Unidos o la Unión Europea que tan poco tiene que ver con la Cristiandad tradicional.
g) ¿El Carlismo es un partido político?
El Carlismo no es un partido que lucha para llegar al poder y ejercer un programa de gobierno; sino un movimiento político que busca cambiar el sistema para conformarlo a la tradición política hispánica. A lo largo de su historia, el Carlismo sí ha conformado plataformas electorales con el fin de defender sus principios en todo tiempo y lugar; eso sí, sin engañar respecto a sus fines. Desde 1986, tras la unificación de diversos sectores carlistas, quedó conformada en España la Comunión Tradicionalista Carlista (C.T.C.) con el fin de testimoniar y dar batalla por el Carlismo también en el terreno electoral. No creemos en el electoralismo como un fin; no queremos votos, sino hombres concretos. En la Argentina las posibilidades electorales del carlismo son actualmente inexistentes pero eso no quiera decir que no se pueda actuar en la sociedad difundiendo la buena doctrina y reconquistando para Cristo Rey pequeñas o grandes áreas de la cosa pública.
h) ¿Qué hay de malo con la democracia?
La democracia moderna, de raíz liberal y revolucionaria, hace depositario de la soberanía política al pueblo a través de una supuesta representación parlamentaria. Esta supuesta representación se hace a través de estructuras artificiales que son los partidos políticos. Los partidos no emanan de forma natural de la sociedad ni la representan en sus intereses concretos, sino que dividen a la sociedad en ideologías. En las democracias modernas, los partidos compiten por obtener cuotas de poder con el fin de imponer su ideología particular a los demás, a las minorías. Por su parte, los representantes responden a su partido y a su ideología, sin tener en cuenta los intereses de sus (supuestamente) representados. Se absolutiza el poder estatal emanado del voto de una sociedad secuestrada por los partidos políticos. Así el proceso de estatización es inevitable en perjuicio de la sociedad y los cuerpos intermedios. En la Argentina tenemos la particularidad de una política “legal” de partidos, elecciones, parlamentos, etc. y una política “real” de punteros, caudillos, dádivas, intereses sectoriales, etc., demostrando la caducidad y artificialidad de nuestra democracia.
i) ¿Cuál es, entonces, la propuesta política del Carlismo?
Ante todo, el Estado debe sujetarse a la Ley Natural y la moral cristiana. Esto es el reinado de Jesucristo en la sociedad. Esta soberanía de Cristo es la que da legitimidad política. En la monarquía católica tradicional, el rey gobierna auxiliado por secretarios o ministros por él nombrados, y asesorado por consejos reales que reúnen a autoridades reconocidas en cada materia. Uno de esos Concejos fue el de Indias que aconsejaba al Rey sobre las cuestiones relativas a sus reinos de ultramar. La Justicia es independiente y está limitada por la moral cristiana y las leyes legítimas, siendo el rey el último nivel de apelación. Para que las leyes sean legítimas las mismas deben ser promulgadas por el rey y la sociedad representada naturalmente en las Cortes. Las Cortes están formadas por los representantes designados por todos los cuerpos intermedios de la sociedad regidos por el mandato imperativo de su designación. Una vez restaurado este sistema político tradicional e hispánico, el Carlismo habrá logrado su aspiración y desaparecerá como movimiento político. Los carlistas defendemos principios, no principados.
j) ¿El Carlismo es de derecha?
La división entre derecha e izquierda es un invento liberal que data de los primeros días de la Revolución francesa. Según el interesado, la dupla derecha e izquierda representa respectivamente a los conservadores y los reformistas, los reaccionarios y los progresistas, los partidarios del orden y los del desorden, los anticuados y los avanzados, los privatistas y los estatistas, y así podríamos seguir por largo rato. El tradicionalismo hispánico es anterior a estas falsas disyuntivas: defiende a Dios y a su Iglesia, a la Patria y el legado hispánico, a las libertades concretas, los usos y costumbres plurales de Las Españas, a la monarquía legítima, representativa y federativa. Ni más, ni menos.
k) ¿Defender los fueros es querer regresar a los privilegios feudales?
Foralismo no es lo mismo que feudalismo. Los fueros son los usos y costumbres de cada lugar, pago, municipio, provincia, región, señorío, principado o reino (también cada cuerpo intermedio), emanados de la propia sociedad a lo largo de las generaciones y reconocidos y codificados en forma de ley, y que deben ser respetados y acatados (jurados) por el monarca para ser legítimo. La base del sistema tradicional eran los pactos establecidos libremente entre el poder estatal y la sociedad, no la imposición de normas desde el estado hacia los cuerpos sociales como en el sistema liberal. En la Argentina los fueros –que no eran muchos dada la corta vida en comparación con los reinos y provincias de la Península Ibérica– fueron legalmente eliminados por la llamada Asamblea del Año XIII y por el presidente Rivadavia. Sin embargo, hasta no hace mucho, en algunas pequeñas comunidades y en familias tradicionales se conservaban costumbres y tradiciones que gracias a algunos vericuetos legales hacían las veces de los antiguos fueros.
l) ¿Qué son los cuerpos intermedios para el Carlismo?
Los cuerpos intermedios naturales son todas aquellas instituciones nacidas de forma espontánea en la sociedad y que la representan. La sociedad orgánica agrupa a todas aquellas sociedades menores o cuerpos intermedios que median entre el hombre y la autoridad política, empezando por la familia, célula base de esta sociedad. Ejemplos de cuerpos intermedios son las universidades, las cámaras de comercio, los gremios, los colegios profesionales, los municipios, etc. Al contrario de la doctrina liberal de “un hombre, un voto”, el Carlismo beneficia a quienes más participen de la sociedad al pertenecer a varios cuerpos intermedios, teniendo por lo tanto mayor representación. Los cuerpos intermedios son, además, fuentes de legislación dentro de su ámbito exclusivo de competencia. Las sociedades de mayor jerarquía, hasta llegar al estado, sólo se ocuparán de aquello que los cuerpos intermedios menores no son capaces de hacer por sí mismos. El foralismo y la doctrina carlista de los cuerpos intermedios son concreciones del principio de subsidiariedad de la Doctrina Social de la Iglesia. En la Argentina se da el caso paradójico de cuerpos intermedios que no son reconocidos por la constitución y leyes fundamentales (códigos), pero que sin embargo tienen mucho poder: universidades como la de Buenos Aires o Nacional de Córdoba, los sindicatos obreros agrupados en la CGT, las cámaras empresariales vinculadas a la UIA, algunos colegios profesionales como los de abogados, de medicina o de ciencias económicas, incluso los municipios están agrupados. Pero, de nuevo, la falta de reconocimiento de la Argentina “real” por la Argentina “legal” hace que estos cuerpos intermedios –no reglamentados como debieran– busquen imponerse sobre el resto de la sociedad mediante medidas de fuerza o acciones de “lobby”.
m) ¿El Carlismo es absolutista?
No, la monarquía tradicional hispánica: católica, federativa, social y representativa no es absoluta, sino que se halla limitada por la Ley Natural y cristiana, y los fueros, y el pueblo naturalmente representado en las Cortes. El rey legítimo reina “y” gobierna, asistido por un consejo ejecutivo, y es responsable ante Dios y ante los cuerpos intermedios, por respetar y hacer respetar la ley y los pactos inmemoriales. Según la doctrina tradicional (ya desde San Isidoro de Sevilla), el rey que no cumple la ley deja de ser rey y se convierte en usurpador. Por el contrario, la democracia revolucionaria moderna es totalitaria al presentarse como la única alternativa posible y persiguiendo de formas más o menos veladas a quienes piensen por fuera del sistema.
n) ¿Quién es el rey para el Carlismo?
Entre 1833 y 1936 los derechos de la monarquía tradicional hispánica estaban depositados legítimamente en los herederos de Su Majestad Católica Carlos V (Carlos VI, Juan III, Carlos VII, Jaime III y Alfonso Carlos I). Con la muerte en 1936 del último de sus descendientes, los derechos pasaron a Don Javier de Borbón-Parma de acuerdo con los fundamentos de la monarquía legítima. Pero tras la muerte de Javier I (cuyos derechos –por distintos motivos– no fueron reconocidos por todos los carlistas como había sucedido con sus antecesores) y el abandono del tradicionalismo por parte de su primogénito Carlos Hugo, el trono legítimo de Las Españas ha quedado vacante.
El monarca que esté llamado a ocuparlo ha de reunir la doble cualidad de ser legítimo de origen, por provenir de una familia real que jamás haya transido con el liberalismo, y legítimo de ejercicio, garantizando los principios de Dios, Patria y Fueros.
Del mismo modo que un soltero puede perfectamente creer en el matrimonio sin estar casado, los carlistas creemos en la monarquía legítima sin contar con un rey que la asuma. La institución monárquica garantiza un poder político independiente de poderes económicos y mediáticos, en manos de una sola persona formada desde la infancia para ejercer un puesto de responsabilidad en beneficio de Dios y de la Patria. La corona hispánica ha sido la esencia de la unidad de Las Españas, por lo que es utópico pensar en alguna forma de unidad iberoamericana sin un rey que la encarne.
o) ¿El Carlismo es franquista?
Durante la Cruzada de España contra el marxismo entre 1936 y 1939, los milicianos carlistas, los requetés, se alzaron por Dios y por España, en coincidencia con otros movimientos políticos y partes de las Fuerzas Armadas. En 1937 el generalísimo Franco, como jefe del bando nacional, unificó la Comunión Tradicionalista con los otros movimientos políticos nacionales. El Carlismo jamás aceptó esta unificación contra-natura, si bien la toleró mientras duró la guerra. Los boinas rojas carlistas lucharon por la España católica y tradicional, no para implantar una dictadura militar.
p) ¿De dónde viene la boina roja?
La masa del Carlismo siempre ha sido de raíz popular. En España el tocado característico del medio rural ha sido siempre la boina, de modo que los voluntarios se presentaban al ejército carlista de paisano con su boina. Sin la posibilidad de contar con uniformes más elaborados, primero en Navarra y Vascongadas, y luego en el resto de España, los carlistas comenzaron a usar la boina roja como distintivo. Aún hoy la imposición de la boina (roja en los hombres, blanca en las mujeres) es un ritual cargado de mucho simbolismo.
q) ¿Vale la pena ser carlista en el siglo XXI?
Sí, más de 175 años de lucha es un granero inagotable de ejemplos admirables y de una doctrina política original, a la vez tradicional y joven. Aunque el tradicionalismo hispánico no haya alcanzado nunca un triunfo completo (aún tras la Cruzada de 1936-1939 se vio defraudado), al menos ha servido de freno al liberalismo, no se ha resignado a la ruina de Las Españas y su doctrina ha influido en lo mejor del pensamiento argentino e hispano (el Padre Leonardo Castellani recordó una y otra vez el mucho bien que le hicieron las lecturas de los autores tradicionalistas españoles del siglo XIX como Aparisi, Torrás, Mella, etc., así como sus profesores jesuitas carlistas exiliados del Colegio La Inmaculada de Santa Fe donde hizo el secundario). Aún hoy, el Carlismo sigue dispuesto a dar la cara.
r) ¿Qué es la Comunión Tradicionalista Carlista (C.T.C.)?
A lo largo de su historia, el Carlismo se ha organizado políticamente de diversas maneras y bajo nombres distintos. En 1986, tras un Congreso para la Unidad del Carlismo en El Escorial, los carlistas reconstituyeron la Comunión Tradicionalista Carlista. La CTC es una organización política que está haciendo posible el resurgir del Carlismo con hombres y mujeres que quieren ser coherentes con su Fe y con la tradición histórica de Las Españas y el Carlismo.
Las “leyes” actuales del Estado Español no permiten a los argentinos sin ciudadanía española afiliarse formalmente a la CTC. Sin embargo, sí es posible colaborar con ella y disfrutar de muchos de los beneficios del afiliado. Para ponerte en contacto con ella, podés escribir a la Secretaría de la Junta de Gobierno por correo electrónico carlistas@carlistas.es
s) ¿Para qué el Carlismo hoy?
Hoy el Carlismo es el único movimiento político que cuenta con todas las siguientes características:
  • gente con vocación de servicio, sentido común y honradez que no busca lucrar con la política;
  • defensa irrestricta del derecho a la vida sin condicionamientos;
  • la denuncia sistemática, constante y consecuente de los abusos del poder y la falta de transparencia en la Administración pública;
  • la prioridad del principio de subsidiariedad en todos los niveles, devolviendo el protagonismo a las familias y los municipios, defendiendo la personalidad y pluralidad de Las Españas;
  • la constante búsqueda de nuevas formas que encaucen la expresión social por fuera de un sistema partidocrático perimido;
  • la promoción no ideológica del progreso económico equitativo y la justicia social;
  • el hincapié en la educación integral de la juventud sobre la base de principios morales sanos, libre de la intervención ideológica y corruptora del liberalismo.
Referencias para profundizar:
¿Qué es el Carlismo?, publicación de la Comunión Tradicionalista Carlista.
¿Carlista, yo?, publicación de la Comunión Tradicionalista Carlista del Reino de Valencia.
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sábado, mayo 23, 2009

Vázquez de Mella por el Padre Castellani

El Padre Leonardo Castellani, en un comentario a la 2ª edición de 1928 de Filosofía de la Eucaristía de Juan Vázquez de Mella, realizó una serie de apreciaciones acerca de esta obra y de su autor que, a continuación, nos gustaría reproducir.

Agotada rápidamente la edición que [la editorial] Voluntad hizo el año pasado, se ha reeditado inmediatamente la obrita que el gran español nos legó antes de morir.

Dichoso el hombre a quien Dios concede la gracia de escribir un libro vivo. Libro vivo es aquél que vive, y que además da vida. (La Sagrada Escritura es el primero y después vienen el Kempis y la Summa.) Porque hay libros que viven y vivirán mucho tiempo desgraciadamente, pero que no dan la vida sino la muerte, y cuyo solo nombre, como dice Claudel, "es un veneno y una podredumbre".

Estando por morir y con la pierna amputada el sabio español Vázquez de Mella, el mejor orador de Europa, que dijo Briand, escribió fatigosamente para entregarlo mecanografiado al Cardenal Reig y a la Delegación que iba al Congreso de Chicago, este libro que termina con una oración.

Un rector de una facultad teológica de España dijo que por este libro daría a Mella, si se lo pidiese, el doctorado en Filosofía. Alta y robusta doctrina filosófica sobre el misterio augusto de nuestros altares, que recuerda a la vez las disertaciones de Balmes y las elevaciones de Bossuet, volcadas en el estilo personalísimo de Mella. Un estilo enjuto y macizo, que casa el movimiento oratorio del tribuno con la precisión técnica del filósofo y que florece al fin de un racioncinio fulgurante o de una vasta síntesis en una metáfora delicada, tal como se ven al romper la primavera las florecitas ingenuas de los duraznos al extremo de las ramas nervudas y secas.

La primavera rompía ya para el amante soldado de Cristo y era pasado el invierno para el gigante batallador y enfermo. Pasó el invierno, la lluvia cesó y se ha ido, levántate amigo mío y ven. "Cuando muera descansaré", dijo en el discurso necrológico de Menéndez y Pelayo. No parece una figura de nuestros tiempos ruines, si la Iglesia no fuera de todos los tiempos. Dios le habrá premiado ya la intención de su gran obra Filosofía de la Teología que la muerte no le dejó realizar y de la cual este librito de oro no era más que un capítulo maestro.



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domingo, mayo 03, 2009

Testimonio sobre Carlos VII desde la Argentina



Como el mármol se bruñe con esmeril,
así las almas grandes reciben en el taller de la adversa fortuna el brillo que las hermosea.
La revolución odia según que teme.
¡Qué gloria merecer con preferencia, como Carlos VII, el odio de la revolución!

JUAN DE LA PLAZA DE MARTIARTU, República Argentina*


*Testimonio recopilado en Francisco López-Sanz, Carlos VII: El rey de los caballeros y el caballero de los reyes. [Gentileza de Déu - Pàtria - Furs - Rei.]

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Benedicto XVI recuerda a los Obispos argentinos la importancia de los "principios no negociables"

NOTICIAS GLOBALES, Año XII. Número 848, 23/09. Gacetilla n° 971. Buenos Aires, 30 abril 2009

971) BENEDICTO XVI-ARGENTINA: LOS PRINCIPIOS NO NEGOCIABLES (II).

El 30 de abril, el Santo Padre Benedicto XVI volvió a insistir en los principios no negociables, que son las pautas que nunca se podrán derogar ni dejar a merced de consensos partidistas en la configuración cristiana de la sociedad: la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su término natural y los derechos de los padres a la educación de sus hijos.

En esta ocasión el Papa, dirigiéndose al tercer grupo de obispos argentinos en visita ad limina, dijo: “Los católicos deberán destacar entre sus conciudadanos por el cumplimiento ejemplar de sus deberes cívicos, así como por el ejercicio de las virtudes humanas y cristianas que contribuyen a mejorar las relaciones personales, sociales y laborales. Su compromiso los llevará también a promover de modo especial aquellos valores que son esenciales al bien común de la sociedad, como la paz, la justicia, la solidaridad, el bien de la familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, la tutela de la vida humana desde la concepción hasta su muerte natural, y el derecho y obligación de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones morales y religiosas”.

Sobre los principios no negociables, vid. NG 774, 835, 893, 912, 921, 923, 943, 945, entre otros. FIN, 30-04-08

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NOTICIAS GLOBALES es un boletín de noticias sobre temas que se relacionan con la PROMOCIÓN Y DEFENSA DE LA VIDA HUMANA Y LA FAMILIA. Editor: Pbro. Dr. Juan Claudio Sanahuja; E-mail: noticiasglobales@noticiasglobales.org ; http://www.noticiasglobales.org ;

Citando la fuente y el nombre del autor, se autoriza la reproducción total o parcial de los artículos contenidos en cada número del boletín.

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lunes, abril 13, 2009

Feliz Pascua de Resurrección

El Greco, La Resurrección (1599).
Museo del Prado de Madrid.

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viernes, abril 03, 2009

"La causa más justa y legal"


Y otros mil y mil bravos guerreros
perecieron con gloria inmortal
defendiendo los ínclitos fueros
de la causa más justa y legal.
¡No murieron! De hoy más su memoria
celebrada con himnos de honor
resplandece entre mimbres de Gloria
con destellos de inmenso fulgor.
Imitemos su santo heroísmo
y al trabarse la lucha final
ciertamente que el Tradicionalismo
obtendrá la victoria cabal.
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miércoles, marzo 25, 2009

Linda anécdota

Tomado del amigo Embajador en el Infierno:

Anécdotas históricas: Los requetés son hombres normales

Párrafo de un Documento del Ejercito del Gobierno Vasco encontrado en las posiciones del Bizcargui: "Los Requetés son hombres como los demás, y no hay razón alguna para pensar que no pueden ser rechazados. El que deliberadamente o por descuido diga que no se puede resistir un ataque de los Requetés debe ser tratado como un agente enemigo." (Tomado de la página web Requetés)

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sábado, marzo 07, 2009

Un requeté en Buenos Aires

Estallado el alzamiento nacional en España de julio de 1936, un comandante de requetés que se encontraba en Buenos Aires esperando partir hacia la Península a unirse con sus camaradas de armas, dejó su testimonio sobre "¿Qué es el Requeté?" al diario católico El Pueblo.

El artículo es, además de una interesante rareza, muy didáctico y fue escrito pensando en el público argentino de la época. Agradecemos al Centro de Estudios General Zumalacárregui el haberlo puesto a disposición de los interesados en su sitio en internet. Desde ya, recomendamos su lectura.


El diario católico El Pueblo fue fundado en Buenos Aires por el R.P. Federico Grote, CSSR, en 1900 y se publicó ininterrupidamente hasta 1954 en que fue clausurado por el gobierno de Juan D. Perón. En 1956 volvió a reeditarse pero ya no pudo volver a sus anteriores niveles de distribución, además de imposibilitársele la obtención de papel prensa, por lo que debió cerrar en en forma definitiva en 1960.

El sacerdote redentorista Grote era originario de Alemania. Discípulo de von Ketteler, Hitze, Pieper y otros, trajo la idea de la fundación de los Círculos Católicos de Obreros a la Argentina, siendo recibido con bastante frialdad por el catolicismo local. En base a las sociedades parroquiales de socorros mútuos y los distintos capítulos de la Sociedad de San Vicente de Paúl, en 1893 el P. Grote funda el primer Círculo en Buenos Aires. Además de la defensa de los intereses de los obreros, los círculos realizaban una importantísima obra mutualista y apoyaron la legislación social de los poquísimos diputados y senadores católicos. Cuando el P. Grote se retiró en 1912, existían 77 círculos en todo el país, con 22.930 socios.

Curiosamente, en la organización de los Círculos, el Padre Grote contó con la valiosa asistencia del presbítero Dionisio Napal y el ingeniero Rómulo Ayerza, ambos hijos de carlistas.

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La Tradición es la Esperanza

La Tradición es la Esperanza
Ayer

Y hoy