En 1858 se funda en Buenos Aires el Colegio San José de una congregación de origen francés recién fundada: Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram. Los porteños los llamarán “Padres Bayoneses” y al colegio, “Colegio de los Vascos”, tanto por la procedencia de muchos de los hermanos profesores como por los apellidos de muchos de los alumnos (aunque no faltarán italianos y franceses).
La fundación de este colegio era parte del gran esfuerzo misionero que la Iglesia universal emprende en la segundo mitad del siglo XIX, especialmente desde jóvenes congregaciones francesas de carisma educativo. En este caso particular, se trataba de un colegio modelo, no sólo con una buena formación humanística o clásica, sino también con deportes y actividades de culto. Tanto es así que la experiencia entusiasma al presidente Bartolomé Mitre, quien tras varias visitas al colegio y su rector, el Padre Barbé, toma la idea de los primeros colegios nacionales.
A mediados de la década de 1890 ocurre un hecho curioso, indicativo del influjo carlista en el San José. Pasa que hacia 1894 se produce un conflicto diplomático con Chile a propósito de la incursión de militares alemanes que preparaban mapas estratégicos de la Patagonia por encargo del gobierno chileno. Ya desde antes, habían existido problemas en Tierra del Fuego y en la Argentina se veía con resquemor el triunfo chileno en la guerra con Bolivia y Perú. De la disputa política se pasa a la preparación para una guerra.
Ya en 1895, cuando se produce la incorporación masiva de oficiales alemanes a las fuerzas armadas chilenas, la guerra entre ambos países es inminente. El gobierno argentino dispone la modernización de las fuerzas argentinas con el fin de recuperar el equilibrio de poder sudamericano. Entre las medidas tomadas, se dispone el servicio militar de toda la población.
La ley que imponía la instrucción militar, incluía a los colegios secundarios, fue así que los alumnos del San José serían formados por el Hermano Ripa. “Monsieur Ripa”, como era llamado por los alumnos, era Basilio Ripa, un veterano de las guerras carlistas, originario del Reino de Navarra, que, exiliado, entra en la congregación bayonesa y eventualmente terminará enseñando en el colegio de los Padres Bayoneses en Buenos Aires. La milicia colegial del San José adoptó en su uniforme la boina roja de los carlistas.
La congregación a cargo del colegio fundado por el Padre Diego Barbé se enorgullecía de su formación “integral”, no limitada a la catequesis, sino al estudio intensivo de las ciencias y la recreación deportiva. Básicamente por el dominio del idioma, entre los hermanos que operaban el colegio había varios españoles carlistas exiliados que seguramente ayudaron a la conformación de parte de los dirigentes que protagonizarían en la Argentina el renacimiento católico e, incluso, hispanista. Sabemos con certeza que el hermano Ripa, nombrado más arriba, fue durante años director espiritual de alumnos y también de muchos graduados que lo seguían frecuentando.
Entre los alumnos que pasaron por las aulas del San José en esa época se recuerdan los nombres de futuros políticos como Hipólito Yrigoyen (1852-1933) y Benito Villanueva (1856-1933), prelados como Juan Nepomuceno Terrero (1850-1921) y Santiago Luis Copello (1880-1967), futuros generales como Enrique Carlos Alberto Mosconi (1877-1940) y Pablo Richieri (1859-1936), el perito Francisco Pascasio Moreno (1852-1919), el jurista Luis María Drago (1859-1921), un historiador como Ernesto Ángel Quesada (1858-1934), un literato como Ricardo J. Payró (1867-1928), un científico como Pedro Lagleyze (1855-1916) o el pintor Ángel Della Valle (1852-1903).
¿Habrán influido sus profesores carlistas en el hispanismo de Yrigoyen? ¿La presencia de profesores carlistas habrá impulsado a los Terrero, parientes de Juan Manuel de Rosas, a enviar a su hijo, el futuro primer obispo de La Plata? ¿Alguna idea carlista habrá influido en los proyectos nacionalistas del general Mosconi en el desarrollo de la explotación del petróleo? ¿Habrá tenido en el interés de Ernesto Quesada en la figura de Rosas, al que conoció personalmente en su exilio inglés ya octogenario?
La fundación de este colegio era parte del gran esfuerzo misionero que la Iglesia universal emprende en la segundo mitad del siglo XIX, especialmente desde jóvenes congregaciones francesas de carisma educativo. En este caso particular, se trataba de un colegio modelo, no sólo con una buena formación humanística o clásica, sino también con deportes y actividades de culto. Tanto es así que la experiencia entusiasma al presidente Bartolomé Mitre, quien tras varias visitas al colegio y su rector, el Padre Barbé, toma la idea de los primeros colegios nacionales.
A mediados de la década de 1890 ocurre un hecho curioso, indicativo del influjo carlista en el San José. Pasa que hacia 1894 se produce un conflicto diplomático con Chile a propósito de la incursión de militares alemanes que preparaban mapas estratégicos de la Patagonia por encargo del gobierno chileno. Ya desde antes, habían existido problemas en Tierra del Fuego y en la Argentina se veía con resquemor el triunfo chileno en la guerra con Bolivia y Perú. De la disputa política se pasa a la preparación para una guerra.
Ya en 1895, cuando se produce la incorporación masiva de oficiales alemanes a las fuerzas armadas chilenas, la guerra entre ambos países es inminente. El gobierno argentino dispone la modernización de las fuerzas argentinas con el fin de recuperar el equilibrio de poder sudamericano. Entre las medidas tomadas, se dispone el servicio militar de toda la población.
La ley que imponía la instrucción militar, incluía a los colegios secundarios, fue así que los alumnos del San José serían formados por el Hermano Ripa. “Monsieur Ripa”, como era llamado por los alumnos, era Basilio Ripa, un veterano de las guerras carlistas, originario del Reino de Navarra, que, exiliado, entra en la congregación bayonesa y eventualmente terminará enseñando en el colegio de los Padres Bayoneses en Buenos Aires. La milicia colegial del San José adoptó en su uniforme la boina roja de los carlistas.
La congregación a cargo del colegio fundado por el Padre Diego Barbé se enorgullecía de su formación “integral”, no limitada a la catequesis, sino al estudio intensivo de las ciencias y la recreación deportiva. Básicamente por el dominio del idioma, entre los hermanos que operaban el colegio había varios españoles carlistas exiliados que seguramente ayudaron a la conformación de parte de los dirigentes que protagonizarían en la Argentina el renacimiento católico e, incluso, hispanista. Sabemos con certeza que el hermano Ripa, nombrado más arriba, fue durante años director espiritual de alumnos y también de muchos graduados que lo seguían frecuentando.
Entre los alumnos que pasaron por las aulas del San José en esa época se recuerdan los nombres de futuros políticos como Hipólito Yrigoyen (1852-1933) y Benito Villanueva (1856-1933), prelados como Juan Nepomuceno Terrero (1850-1921) y Santiago Luis Copello (1880-1967), futuros generales como Enrique Carlos Alberto Mosconi (1877-1940) y Pablo Richieri (1859-1936), el perito Francisco Pascasio Moreno (1852-1919), el jurista Luis María Drago (1859-1921), un historiador como Ernesto Ángel Quesada (1858-1934), un literato como Ricardo J. Payró (1867-1928), un científico como Pedro Lagleyze (1855-1916) o el pintor Ángel Della Valle (1852-1903).
¿Habrán influido sus profesores carlistas en el hispanismo de Yrigoyen? ¿La presencia de profesores carlistas habrá impulsado a los Terrero, parientes de Juan Manuel de Rosas, a enviar a su hijo, el futuro primer obispo de La Plata? ¿Alguna idea carlista habrá influido en los proyectos nacionalistas del general Mosconi en el desarrollo de la explotación del petróleo? ¿Habrá tenido en el interés de Ernesto Quesada en la figura de Rosas, al que conoció personalmente en su exilio inglés ya octogenario?
5 comentarios:
Muy interesante el artículo. Sobre ideas tradicionalistas en el confuso universo doctrinal de Don Hipólito Yrigoyen, recomiendo leer a un correligionario suyo, el cordobés afincado en
Rosario, Don Ricardo Caballero. Criollo de vieja estirpe, católico, federal, rosista, hispanista, su figura merece ser rescatada, como la de otros tantos - conservadores, radicales, nacionalistas, peronistas - que sin la ortodoxia del tradicionalismo, ayudaron a que no se perdieran las raíces cristianas e hispano-criollas de la Argentina
Fernando Romero Moreno
Gracias por el comentario. Es una gran verdad.
interesante acercamiento a las ideas de los hermanos y sacerdotes bayoneses, incluso ampliando su nota, es llamativo como en el colegio se educa toda una generación de historiadores que podriamos denominar revisionistas, como Molinari, Irazusta, Rosas, entre otros...
muchas gracias
Héctor Vigil
exalumno Colegio San jose
email hectorvigil@yahoo.com.ar
una corrección al artículo, que en la primera lectura no adverti, el hermano Ripa no confesaba alumnos, debido a que su estado vocacional de hermano no le permite confesar...Esto solo lo hacen los sacerdotes
Héctor Vigil
Estimado Sr. Vigil: Muchas gracias por su comentario. Efectivamente es cierto lo que Vd. dice. El autor revisará sus fuentes y arreglará el artículo a la brevedad.
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